lunes, 17 de marzo de 2014

Bobazo


Banfield e Independiente protagonizaron el mejor partido de la fecha con un 3-3 vistoso por demás para el hincha neutral. Para el del Taladro, una remontada heróica y merecida. Para el del Rojo, un sorprendente primer tiempo y después, lo de siempre: La desazón, la agonía innecesaria, la vuelta a casa con las manos -casi- vacías.

Si alguno me dice que el Barcelona se afilió a la AFA, descendió a la B Nacional, se vistió de Rojo y jugó contra Banfield en el Florencio Sola durante cuarenta y cinco minutos, le creo. Bueno, no (aunque me gustaría). Pero a ver; ante todo, que se entienda la ironía. Independiente jugó su mejor primer tiempo en el segundo semestre de la BN, incluso mejor que con Brown de Adrogué. Se bancó el planteo ofensivo del mejor equipo de la categoría, presionó bien arriba, tuvo la pelota en campo rival durante el 75% de la primera etapa, convirtió dos goles (se perdió alguno más) y, creo yo, lo más destacable: Jugó a un toque y bien.

A pesar de no ser santo de mi devoción, Hernán Fredes tuvo mucho que ver en eso. Picardía -¿O fortuna?-, Independiente encontró en él la apertura del marcador y la descarga de poder asociarse de mitad de cancha hacia adelante. Ojo, Montenegro también participó mucho en eso; el segundo gol fue un gran mérito del ¿recuperado? Rolfi, de Mancuello por ir a buscarla y de Penco por estar ahí, donde el manual de los goleadores lo ordena.

Hoy me hice un electrocardiograma (no es joda). El sábado creí que me daba un "Bobazo". Porque hasta allí, todo bien. Es cierto, no podía creer lo que pasaba, pero me veía venir lo que vendría. Penco no supo liquidarlo, Bologna le tapó una de las más claras del partido y, luego, el Rojo lo pagó. Golazo del comilón Noir y pase a la red de Santiago Salcedo con la cabeza. 2-2 y primer síntoma de dolor en el pecho. Todo lo hecho hasta aquí, había sido en vano.

Con el 3-2 del Ruso Rodríguez -es la primera vez en mi vida que veo a Villalba dentro del área rival y le salió redondo porque Prichoda le hizo un penalazo-, el "Bobo" me volvió a latir con tranquilidad. Aunque todavía faltaba mucho y Banfield se venía. Ah, ya lo habían rajado a Fredes y el equipo estaba más desordenado que el Independiente que le empató a Boca sobre la hora en el 2002, para que te des una idea. Bueno, ahí se acabó la tranquilidad. Banfield mereció empatarlo -y ganarlo, ¿por qué no? De hecho casi lo consigue en el final-. Pero no fue más que un 3-3 con sabor a poco por el agónico empate Banfileño.

Supongo que estas lineas van dedicadas a la gente que creyó que la B Nacional era un trámite. Que a Primera se volvía con la chapa. Que alentando te regalan los tres puntos. Que este año iba a ser "un año muy divertido". Que todo pasa. Ay, Independiente. Nos vas a matar a todos un día de estos. Que el 7 de junio llegue pronto...

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