martes, 6 de septiembre de 2016

Regresa por favor, otra vez.


Hay ausencias que son mucho más que un simple vacío físico. A su vez, hay presencias que significan mucho más que un simple estar ahí. Ya sea para criticarlo o admirarlo -así deberíamos pensarlo todos nosotros, los mortales-, la ausencia de Lionel Messi en la Selección Argentina siempre resulta ser mucho más que un mero reemplazo por otro compañero. Sin ÉL, está claro, el equipo pierde cierto funcionamiento, pierde la conexión, pierde la idea de peso ofensiva; en realidad, pierde mucho más de lo que uno cree.