domingo, 27 de mayo de 2018

Hasta siempre, amigo


Despedirse de un amigo nunca es fácil. Dejar ir a las personas que ocupan un importante lugar en nuestro corazón, de verdad, es muy complicado. Todos tuvimos, en mayor o menor medida, alguna pérdida significativa a lo largo de la vida. Pero parecer ser que, mientras se van sumando de a una en nuestro ciclo vital, cada vez nos resulta más doloroso.

Hacía mucho que no sentía admiración por una figura adulta y masculina. Sinceramente, creo que nunca me había pasado desde que papá decidió marcharse. No se si fue por la bondad que siempre te caracterizó, lo compañero que eras con todos los que te rodeábamos o la alegría que irradiabas con cada gesto o palabra, pero cada vez que pensaba en vos lo primero que se me venía a la cabeza -y que se me vendrá, claro- es "qué tipazo el Dani". Un fenómeno. Un luchador nato.

Como la vida a veces te quita y otras te da, agradezco haber sido contemporáneo con gente como vos. Pocas personas me dieron tanto apoyo en cada paso que fui transitando. Siempre fuiste el primero en mandarme un mensaje cuando estaba al aire en la radio. El amigo que te llama a las 12 en los cumpleaños. El que me venía con la información fresquita sobre el mercado de pases, lo que pasaba en el club o lo que había que averiguar. Siempre me diste una mano en todo lo que me propuse, me acompañaste en cada paso (desde la facultad hasta mis primeros trabajos) y me hiciste sentir muy afortunado. ¡Nunca voy a olvidar que también eras el primero en leer mis notas!

Por suerte, tuve la oportunidad de darte las gracias a tiempo y en tu eterna pelea por seguir de pie en el ring de la vida pudimos darnos más de un abrazo antes de esta despedida. Nunca pude ocultar que te quería -y te voy a seguir queriendo- como un papá. Se lo dije a tus hijos y también te lo dije a vos, así que puedo estar tranquilo por eso: cuando más necesité al viejo, ahí estuviste vos siempre. El día que menos consuelo tuve, el día más triste, lo primero que hiciste fue prestarme tu pecho para que, abrazo de por medio, lloremos juntos en Alsina y Bochini. Gracias por tantos años de amistad y cariño. ¡Te voy a extrañar mucho, Tano!

No hay comentarios:

Publicar un comentario