miércoles, 13 de septiembre de 2017

Basado en una historia real


La de anoche fue una de esas noches que siempre soñamos vivir. Una historia como esas que contaba el abuelo, el tio o papá y los más jóvenes no llegamos a presenciar. Esas en las que la palabra mística y un grupo de once corajudos invitaban a los rivales que venían a Avellaneda a despedirse de la copa. Así era. Y así fue en esta inolvidable jornada donde, una vez más, es preciso mirar para adentro, rebobinar el cassette y tener algunas cositas presentes. Sobre todo los hinchas.

No estaba convencido de la llegada de Holan. Y no porque venga del palo del hockey, haya dirigido Defensa y Justicia, se haya filtrado un audio donde juraba tener el antídoto para la enfermedad del plantel o no tenga 'espalda de títulos' a cuestas, claro que no. Quizás era un momento donde uno podía creer que Independiente ya no tenía cura, que no había un gran remedio para un gran mal. Pero no. El tipo llegó, utilizó métodos poco ortodoxos (llámese entrenamientos con drones o cosa por el estilo), pidió postergar partidos para trabajar con mejor eficiencia e hizo que el equipo pelee un torneo que parecía inalcanzable. Le devolvió la ilusión a la gente. Borró a los que no sumaban e invitó a muchos otros a acercarse a sumar. Potenció y recuperó jugadores. Nos dejó a tiro de la Libertadores después de varios años (no es conformismo, pero antes de su llegada era imposible). Independiente volvió a ser protagonista en todas las competencias que disputa y esto, señor, es un gran mérito suyo.

Pero no sólo suyo, entrenador. Claro que van de la mano, pero no se puede dejar de resaltar el nivel de Martín Benítez. Quien me conoce sabe que no es un santo de mi devoción (ni de la de muchos), pero con Holan, este pibe parece haber encontrado su norte, como cuando alcanzó su mejor nivel con Pellegrino al mando del equipo. Benitez, que está bastante jugado con su temita personal y tuvo varios altibajos durante su corta carrera en Primera División, le está tapando la boca a varios. Me incluyo, claro. Y me encanta que así sea. También es un enorme mérito de él, que se bancó la mala y está respondiendo no sólo con goles, sino también con asistencias, sacrificio y un acrecentado nivel de juego.

Pero la historia hubiese sido otra sin la acción que cambió el partido. El penal que atajó Campaña resucitó a Independiente. Literal, eh. La explosión tras la volada del uruguayo fosforescente lo cambió todo. Porque quedábamos afuera, se terminaba todo. Y eso fue un gran premio para este arquero que también se bancó mucho. ¿Se bancó mucho? Pero claro. ¿O acaso no se acuerda usted el tiempo que esperó por su oportunidad para jugar? ¿Los cuestionamientos que las 'viudas' del anterior arquero le hacían por 'no ser imbatible en el mano a mano' o 'estar flojo con los pies'? Campaña es una de las figuras del Independiente de Holan y ayer, otra vez, lo demostró. La gente se lo reconoce y él devuelve el cariño con brillantes actuaciones. Una hermosa historia de amor donde Campaña, como Benitez, Holan (y cabe también para jugadores como Sánchez Miño que está en la cresta de la ola) tienen un mérito impresionante.

Es imposible que esta historia de amor no te ilusione. Que los más purretes, que poco vimos de esas gloriosas noches de Copa Libertadores de las que tanto nos hablaron, no nos animemos a soñar. Después de que terminó la fase, con la gente festejando y la euforia que eso conlleva, me pareció estar viviendo la misma noche de 2010 en la que avanzábamos de ronda ante Defensor Sporting con el gol agónico de Nico Martínez, también por octavos de final. Aquella vez -y anoche también- sentí que había algo en el ambiente que nos obligaba a confiar y no bajar los brazos. No se si eso será la bendita mística, pero ¿cómo no sentirme así?

Del partido, ¿qué podemos decir? Independiente también hizo méritos para ganarlo. Con 11, con 10. Con huevos, con fútbol, con todo. En ningún momento bajó los brazos, fue superior al rival, intentó por todos los frentes y se quedó con el premio mayor. ¿Me preguntás si Independiente, hoy, es candidato para ganar algo? Qué se yo, amigo. TODO ROJO.

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